¡VIVA
EL VINO!
--No tienen
vino.
--Y a mí qué
me importa. Sabes que no bebo alcohol. Además todos los invitados
están borrachos como cubas... Mejor dicho: llevan cuatro días de
borrachera continua. ¿No habrás estado empinando el codo tú
también?
--Córtate un
poco, Jesusito, que soy tu madre.
--Como tienes
tanto interés en que haya vino...
--No
tengo ningún interés, puedo pasar sin vino perfectamente... Hoy
solo he bebido un par de vasitos. Pero el novio está muy apurado, va
a quedar como el culo. En Galilea, sin vino no hay fiesta que valga y
todavía quedan tres días de celebraciones.
--Pues que se
vayan todos a sus casas. Esta fiesta es un muermo, me estoy
aburriendo como una ostra.
--Porque no
bebes. Anda, por favor, haz algo. Le he dicho al novio que no se
preocupe que tú encontrarás la solución.
--¿Y qué
quieres que haga?
--No sé... ¿Un
milagrito de los tuyos?
--Si, hombre...
Mi primer milagro público: ayudar a una panda de impresentables a
caer en coma etílico.
--Ay, hijo, no
seas dramático. Estos aguantan lo que les echen. ¿Has visto a
alguien ponerse malo en estos cuatro días? Y eso que han bebido como
esponjas, por eso se ha acabado el vino. Anda, hazlo por mí.
--Está bien,
pero no volveré a una boda en lo que me queda de vida por muy pesada
que te pongas.
--Bueno, a la
tuya tendrás que ir...
--No me pienso
casar.
--Qué tonterías
dices. A veces me parece mentira que seas Dios. Pero más vale
dejarlo. A ver: qué vas a hacer o qué quieres que hagamos. Esos
cuatro de ahí, los que están mirando, me han dicho que harán todo
lo que tú digas con tal de que haya más vino.
--Pues diles que
llenen una de aquellas tinajas de agua hasta el borde y me la
traigan.
--¿Solo una
tinaja?
--Mamá, en esa
tinaja caben por lo menos cien litros.
--Con eso no hay
ni para empezar. Les diré que llenen las seis. Total, ¿a ti que más
te da?
…
--Abrakadabra,
patita de cabra. Agüita clara no serás, en vino te convertirás.
Ya está.. Podéis probarlo, si queréis.
--¡Eh, tú!
dame ese cuenco. Primero lo tengo que probar yo, que para eso soy su
madre.
--Mamá, por
favor.
--Umm...
¡Delicioso! Sabe a gloria. Hijo, debíamos montar una bodega: nos
forraríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario